No niegues la oportunidad de disfrutar a los más pequeños de la casa, de algo tan divertido como es saltar a la comba. ¿Vas a decirnos qué tú no te lo pasaste bien? ¡A jugar!
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Beneficios de Saltar a la Cuerda
Los saltos de comba son uno de los ejercicios con más recorrido a la largo de la historia.
Es difícil pararse a pensar en las clases de educación física, los minutos del recreo o una tarde en el parque sin recordar las míticas combas y toda la diversión que pueden brindar a los niños de antes y, por qué no, a los de ahora.
Además, hay que tener en cuenta los muchos beneficios que aporta a los niños esta práctica deportiva.
Mejora la resistencia física y la flexibilidad
Aunque en principio no lo parezca, saltar a la comba es un deporte que exige mucho físicamente, es una verdadera prueba de resistencia superarse a uno mismo en cada salto.
También ayuda a incrementar la agilidad y flexibilidad de los niños, pues los saltos a la comba necesitan que el saltador sea veloz y capaz de realizar saltos muy seguidos con coordinación.
Liberar adrenalina
Hay que reconocerlo, un niño que ha liberado adrenalina con el deporte es un niño más tranquilo en casa.
El gasto energético mientras se hace deporte sube a cotas muy elevadas cuando el ejercicio en cuestión trata la resistencia.
En este caso, los saltos a la comba son el ejemplo paradigmático de ello. Muchos saltos, muy seguidos, sin descanso, la liberación adrenalina está asegurada.
Coordinación y psicomotricidad
El siguiente gran pilar en cuanto a los beneficios de saltar a la comba para los niños es la mejora en la coordinación tanto de brazos como de piernas. Al mantener muchos músculos en constante movimiento realizando saltos de forma constante a la vez que los brazos van dando cuerda a la comba se mejora la psicomotricidad.
Superación personal
Saltar a la comba no es un ejercicio que destaque por su dificultad, no obstante necesita mucho esfuerzo y constancia por parte de quien lo practica. Esta actividad, a pesar de no tener una mecánica complicada puede resultar agotador, así, los niños pueden ponerse a prueba físicamente divirtiéndose.
Diversión
Además de los beneficios físicos que saltar a la comba aporta, no hay que olvidar que, al fin y al cabo, los niños lo toman como un juego, bastante divertido, por cierto.
Aunque en muchas ocasiones es un juego en solitario, la comba es un deporte que se puede practicar en grupo.
No es difícil recordar la gran variedad de canciones que hay para jugar mientras se salta a la comba, de modo que los niños, además de hacer deporte se lo pasan genial con sus amigos.
Ejercicio completo
Otra de las ventajas que tiene saltar a la comba es que es un deporte muy completo en cuanto a entrenamiento físico se refiere.
En esta disciplina ponemos en marcha una gran cantidad de músculos del cuerpo simultáneamente. Brazos, piernas, tren inferior… todo trabaja en conjunto para realizar los saltos.
Mantener una buena condición física
Como hemos visto antes, el gasto energético y el entrenamiento de todo el cuerpo mejora a mantener una buena condición física para los niños.
Es fundamental que de bien pequeños aprendan los valores de mantener una rutina de ejercicio y actividad para evitar caer en el sedentarismo que ha invadido los hogares en los últimos años.
Es económico
Saltar a la comba no requiere más que una cuerda, que en el caso de los niños es muy económica.
De modo que se convierte en un deporte barato que no necesita un gran esfuerzo monetario por parte de los padres. Además, es un deporte perfecto para practicar tanto en interior como al aire libre.
Comba de tejido
Las combas de tejido con las combas con más historia. Seguramente todo el mundo ha utilizado alguna vez en su vida una de este estilo.
La calidad de las cuerdas es más bien sencilla, por lo que se incorpora más en combas con fines lúdicos que en las de entrenamiento, ya que suelen pesar más que las de plástico y tienen un mayor desgaste.
No obstante, gracias a su precio muy asequible son una buena opción para probar si nos gusta el deporte y poder adentrarnos más adelante en entrenamientos más rigurosos.
Esta comba está compuesta generalmente por una cuerda gruesa y unos mangos de plástico algo toscos.
Que nuestra comba sea de tejido tiene dos características que hacen que no se utilice para entrenar: en primer lugar, el peso, considerablemente mayor que el resto de combas, y en segundo lugar el rozamiento con aire las convierte en un modelo más lento.
Esta variedad de comba, cabe decir, no es la más recomendada para usar en exteriores ya que existe la posibilidad de que el suelo esté húmedo, la soga absorba esa humedad y aumenta todavía más su peso.
Además, en los suelos muy rugosos la tela se deshilachará con facilidad.
Comba de plástico
Las combas de plástico son las más conocidas en el ámbito escolar y de iniciación. Al ser las más económicas y llamativas, son perfectas para despertar el interés de los niños en esta actividad.
Además, el efecto y las formas de colores que forman cuando giran las convierten en las combas más bonitas de ver.
Son perfectas para quienes se inician en los saltos de comba ya que el golpe que dan en el suelo permite sincronizar el ritmo de salto con el sonido que emiten, facilitando así una mayor continuidad en los saltos sin fallar.
El mayor peso que tienen es algo que también favorece a los niños y, en general, a quién empieza a practicar esta actividad ya que al girar más despacio y notar más al giro permite ir puliendo la técnica poco a poco.
No obstante, la parte negativa de este tipo de combas es su fragilidad y mantenimiento, no hay que olvidar que, al fin y al cabo, la cuerda está formada por macarrones de plástico que se pueden romper con bastante facilidad si las utilizamos sobre superficies muy duras o, en caso de fallar un salto, si llegamos a pisar el cable, podemos provocar la rotura de un par de macarrones de plástico.